
El año 1914 y el fin del
tiempo de los gentiles (14)
Por JOSE YOSADIT VON GOETHE
Para poder establecer que en 1914 expiraba el tiempo de los gentiles, el estudioso bíblico N. H. Barbour se basó en las opiniones de quienes le precedieron. Estos teorizaron que el tiempo de los gentiles duraba 2.520 años a partir del 606 antes de nuestra era, año estimado del ascenso de Nabucodonosor. Pero Barbour consideró el -606, no como el año de entronización de Nabucodonosor, sino como el de la destrucción de Jerusalén por los babilonios. Se apoyó en que Jerusalén había estado devastada por 70 años, tiempo que a su juicio duró el destierro de los judíos en Babilonia, hasta que fueron liberados por Ciro. Barbour legó toda esta información a Russell, que había fundado el grupo de Estudiantes Internacionales de la Biblia. Russell aceptó de Barbour las fechas del -606 y el 1914 como el intervalo de 2.520 años del tiempo de los gentiles, con el error de que se había contabilizado un año menos, por lo que estudiantes posteriores adelantaron la hipotética fecha de la destrucción de Jerusalén al -607 para que, hasta 1914, cuadrasen a la perfección los 2.520 años.
tiempo de los gentiles (14)
Por JOSE YOSADIT VON GOETHE
Para poder establecer que en 1914 expiraba el tiempo de los gentiles, el estudioso bíblico N. H. Barbour se basó en las opiniones de quienes le precedieron. Estos teorizaron que el tiempo de los gentiles duraba 2.520 años a partir del 606 antes de nuestra era, año estimado del ascenso de Nabucodonosor. Pero Barbour consideró el -606, no como el año de entronización de Nabucodonosor, sino como el de la destrucción de Jerusalén por los babilonios. Se apoyó en que Jerusalén había estado devastada por 70 años, tiempo que a su juicio duró el destierro de los judíos en Babilonia, hasta que fueron liberados por Ciro. Barbour legó toda esta información a Russell, que había fundado el grupo de Estudiantes Internacionales de la Biblia. Russell aceptó de Barbour las fechas del -606 y el 1914 como el intervalo de 2.520 años del tiempo de los gentiles, con el error de que se había contabilizado un año menos, por lo que estudiantes posteriores adelantaron la hipotética fecha de la destrucción de Jerusalén al -607 para que, hasta 1914, cuadrasen a la perfección los 2.520 años.
Los historiadores ya habían apreciado que la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor aconteció en el -587 y no en el -607, aunque esto no pudo ser definitivamente demostrado hasta que no se estudió buena parte de las tablillas cuneiformes neobabilónicas. Quienes aceptaron los datos de Russell adujeron que si aquella desolación tuvo lugar en el -587, Jerusalén habría estado devastada por solo 50 años y no por 70, como creían deducir de la profecía de Jeremías, que entendían comprendida entre el -536 (adelantado posteriormente al -537), y el -606 (posteriormente adelantado al -607).
Con ello los Estudiantes de la Biblia señalaron que a los historiadores les faltaban 20 años del reinado de algún monarca entre Nabucodonosor y Nabonido, con el último de los cuales finalizó el dominio babilónico en el año -539. Para justificar esos 20 años, que salen de considerar que Jerusalén estuvo desolada por 70 años y no por 50 (suponiendo que los judíos fueran liberados en el -537), los Estudiantes de la Biblia adelantaron el año de ascensión de Nabucodonosor al -625, en tanto que las pruebas históricas señalaban al -605, mientras que quien comenzó a reinar en el -625 fue Nabopolasar, el padre de Nabucodonosor. Esos 20 años de diferencia eran los que desbarataban la dogmática aserción de que los 2.520 años del tiempo de los gentiles finalizaban en 1914, como supusieron Barbour, Russell y otros que les precedieron. Si los 2.520 años tuvieran que contarse desde el -587, año históricamente probado como el de la destrucción de Jerusalén, el denominado tiempo de los gentiles no concluiría en 1914, sino 20 años más tarde, con lo que a diferentes grupos religiosos se les derrumbarían las doctrinas fundamentadas en el año 1914.
Hay muchos medios, todos coincidentes entre sí, para conocer los años exactos de reinado de los monarcas neobabilónicos; las inscripciones reales en tablillas de barro están entre los más indiscutibles y son cruciales para el cálculo. Cardinal es la tablilla “Nabón 24”, también conocida como “Estela de Adad-Guppi, de la que se han descubierto dos copias iguales, una mejor conservada que la otra. Adad-Guppi era la madre del rey Nabonido; y cuando ella murió, su hijo Nabonido mandó componer, en el año 9 del reinado de éste, el epitafio de la estela en cuestión.
La estela recoge los años de reinado desde Asurbanipal hasta Nabonido. Asigna 42 años al reinado de Asurbanipal; pero como indica que Adad-Guppi nació en el año 20 de este rey, ello significa que la madre de Nabonido vivió 22 años con Asurbanipal. Posteriormente vivió los 3 años de reinado de Ashuretilili, los 21 años de Nabopolasar, los 43 de Nabucodonosor, los 2 de Awel Marduk (el Evilmerodac bíblico) y los 4 de Neriglisar. La estela no menciona al sucesor de Neriglisar y antecesor de Nabonido, Labashi Marduk, ya que murió tras dos meses de reinar y, por tanto, Nabonido ascendió al trono en el mismo año en que murieron los dos soberanos precedentes. La estela detalla que Adad-Guppi vivió un total de 104 años, desde el año 20 de Asurbanipal hasta el año 9 de Nabonido. La crónica de Nabonido (B. M. 35382) también detalla el año de la muerte de la reina madre.
Si el año 9 de Nabonido correspondió al -547 (dado que gobernó 17 años hasta el -539), fácilmente se deduce que Nabucodonosor subió al trono en el -605 y su padre Nabopolasar en el -625. Y si Nabucodonosor ascendió en el -605 y en el año 18/19 de su reinado asoló Jerusalén, ello nos conduce matemáticamente al -587 como el año en que acaeció la destrucción de Jerusalén. Idéntica conclusión se alcanza tras el examen de otras estelas con inscripciones reales babilónicas, entre las que figura la catalogada como “Nabón 8”. Cualquiera de ellas echa por tierra la fecha de 1914.
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